Todo fue sacudido (diario la Republica)
martes, 28 de agosto de 2007

El puerto que le da el nombre a nuestro aguardiente de bandera está en ruinas: quedan pocas estructuras en pie, peligrosamente debilitadas por el sismo. El pueblo se encuentra en estado de
alerta y falta de todo: abrigo, carpas, medicinas, agua, galenos, equipos para remover los escombros. Y falta, sobre todo, esperanza.
Según el reporte del Instituto de Defensa Civil (Indeci), al cerrar la tarde, se contaba ya a más de 350 muertos y la cifra de heridos superaba el millar, 800 de ellos de gravedad. El sismo ha destruido Pisco, la ha convertido en una ciudad donde reina el espanto, la indefensión y el peligro. Cientos de personas van y vienen por entre sus calles buscando a algún familiar que hasta ahora no aparece.
En la parroquia de San Clemente, cuando se inició el sismo del miércoles, había alrededor de 300 personas escuchando la misa. Todos quedaron sepultados al venirse abajo la cúpula y una pared lateral de la edificación.
Hasta el momento se han podido recuperar los cuerpos de solo algunas decenas, por lo que se espera que el número de fallecidos se eleve considerablemente.
La agencia AP reportó que Gladys Pedemonte, sentada en la plaza de Pisco, recibió los cuerpos de su sobrina y del bebé de ésta, de unos nueve meses, que le fueron entregados en una manta blanca. En el lugar yacían otros 50 cadáveres extraídos de las ruinas de la iglesia, donde había 200 personas que participaban de una misa por el aniversario del fallecimiento de un poblador pisqueño.

Según el reporte del Instituto de Defensa Civil (Indeci), al cerrar la tarde, se contaba ya a más de 350 muertos y la cifra de heridos superaba el millar, 800 de ellos de gravedad. El sismo ha destruido Pisco, la ha convertido en una ciudad donde reina el espanto, la indefensión y el peligro. Cientos de personas van y vienen por entre sus calles buscando a algún familiar que hasta ahora no aparece.
En la parroquia de San Clemente, cuando se inició el sismo del miércoles, había alrededor de 300 personas escuchando la misa. Todos quedaron sepultados al venirse abajo la cúpula y una pared lateral de la edificación.
Hasta el momento se han podido recuperar los cuerpos de solo algunas decenas, por lo que se espera que el número de fallecidos se eleve considerablemente.
La agencia AP reportó que Gladys Pedemonte, sentada en la plaza de Pisco, recibió los cuerpos de su sobrina y del bebé de ésta, de unos nueve meses, que le fueron entregados en una manta blanca. En el lugar yacían otros 50 cadáveres extraídos de las ruinas de la iglesia, donde había 200 personas que participaban de una misa por el aniversario del fallecimiento de un poblador pisqueño.
posted by el profe @ 19:50,